Bayamo, atrayente y pacífico.
Es allí donde el amor y la fe se reconocen desde su mismísimo nacimiento, y de
donde soy yo.
Cuna de gentiles damas y
caballeros, comprometidos ellos con la historia de todos los tiempos. Terruño de
tantos elogios, costumbres, leyendas y hazañas que hoy quien lo conoce no puede
olvidarse de él.
Fabuloso lugar de Cuba para vivir auténticamente. Sus calles, música, poetas, iglesias, plazas, acontecimientos, ventanas de guerreras bayamesas,
coches de distinguidos pasos, rebeldes patricios se convierten
en páginas gloriosas para el mañana.
Entonces, ¿habrá árboles
más grandes que aquellos de mi ciudad que con sus sombras apacibles y fuertes
raíces curan las más grandes heridas de amor o impulsan ideas y acciones de
gestas independentistas?
Disfrutemos este su cumpleaños con esa magia popular que hoy
exhiben sus nuevos repartos, avenidas, hogares, familias, amigos, iluminados con el deseo de hacer, y con el valor de sus habitantes dispuestos a sorprender a todos los visitantes. Un verdadero
reto para plasmar en líneas rectas, en lienzo perfecto
o en lente oportuno.
¡Qué grandeza la de Bayamo!, ¡FELICIDADES!
EL legendario coche bayamés que tanto cautiva al foráneo |
Parque Carlos Manuel de Céspedes |
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