martes, 29 de mayo de 2018

La tristeza de mi pueblo




Llantos, gemidos, gritos, sirenas, auxilios, desesperación …,   días de sufrimiento vivirán en  la memoria de miles de cubanos.  Así se torno el mediodía del 18 de Mayo de 2018,  en toda mi nación, al ocurrir la tragedia aeronáutica  en las inmediaciones del Aeropuerto José Martí en la Ciudad de la Habana.


 Ante el dolor por la pérdida irreparable e inesperada de familiares, amigos,  conocidos,  el pueblo desprendido y despojado de todo temor al riesgo que corría,  y enfrentándose al inminente hecho, acudió resuelto al lugar del siniestro aéreo.

Solidaridad,  hermandad,  ayuda,  fueron  brindadas en pocos instantes por vecinos y transeúntes, demostrando y a la vez descubriendo el inmenso amor que se profesa al prójimo, junto a la máxima dirección del país, con la seguridad de que se haría cuanto fuera preciso.

Cada cual  hizo lo que debía y correspondía, con disciplina y organizadamente. Para quienes tenemos fe  nos mantenemos en  oración la cual  nos permite sostener y ser sostenidos en las tempestades que inesperadamente sobrevienen en nuestras vidas  y con toda certeza de que nuestro Jesús los acoge en su regazo paternal para su descanso eterno.





























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