A pesar del color gris y de la persistente llovizna de la
tarde del miércoles 18 de julio, el ambiente se tornó hermoso, agradable e
inolvidable, sobre todo, para quienes
estuvimos allí, donde se efectuó la ceremonia de graduación de los profesionales
de la Salud en Granma, que con un lujoso paseo en coche se desarrolló en la ciudad
de Bayamo.
Elegancia, autenticidad y originalidad caracterizaron la
actividad en la que egresados y familiares, entre sonrisas y lágrimas, dieron
gracias por haber materializado sus proyectos.
En la Plaza de la
Revolución, lugar sagrado de la Patria,
se reconocieron triunfos y logros de
estudiantes de trayectorias relevantes.
Nos toca muy cerquita esta alegría y regocijo. Con la dedicación
y esfuerzo de jóvenes graduados como
Julio César Hernández Godínez, quien desde el primer año de la carrera
tuvo bien definida su meta y otro punto de partida, graduarse para seguir llenando de dicha a su madrecita, guía y sostén de todos
sus objetivos, además de servir y aliviar al necesitado, también con Yenni Silot, quien supo compartir la vida y responsabilidades con el mayor
regalo para una mujer, ser mamá, cuando cada jornada vencía propósitos hasta llegar a este día de gozos.
Asimismo, compartimos con Yisel Rosabal, la especialista en Estomatología,
quien velará porque todos mantengamos una linda y sana sonrisa, igualmente con María
Caridad que con su ternura acogerá sus pequeños pacientes como especialista en
Pediatría.
Y qué decir de Álvaro Jesús, egresado integral que nos
llenó de dicha y satisfacciones con sus palabras, al expresarnos que con ellos podemos
contar. Todos son orgullo de nuestra Cuba, nación que facilitó que estos sueños
se hicieran realidad en muchas familias.
Julio César y Yisel |