Hoy escribo estas
líneas que tenía pendientes, oportunidad en que los periodistas de Granma, compartimos, reflexionamos, recordamos, nos apretamos las
manos y trazamos pautas para un futuro inmediato.
Materializamos
acciones de diversos matices:
*Tengo una historia
que contar, momento concebido como homenaje a Roberto Arnaldo Paneque, quien
dedicó parte de su vida a la labor periodista, caracterizado por su peculiar modo
de escribir, su estirpe de revolucionario, el humanismo como rasgo distintivo,
amigo del Che y Camilo, estudioso incansable de la historia y uno de los
primeros lectores de la obra de la Novia de Bayamo, Lucía Muñoz.
*Encuentros de
Reporteros de Guerra con Rafael Martínez, Ismael González y Pedro Mora, colegas
que expresaron sus experiencias en las disímiles circunstancias donde pusieron
a prueba coraje y profesionalidad.
*Entrega de
premiaciones a lo más ilustre del Periodismo de la provincia: Evaristo Tamayo y
Juan Farrell, quienes invitaron a los más jóvenes a esforzarse y entregarlo
todo por la labor reporteril.
*Trabajo voluntario, donde el surco se apoderó de toda
la energía de nuestro equipo, limpia de pepinos, lechuga, siembra de boniato,
así colaboramos con el programa alimentario.
*Intercambio entre
féminas, ocasión oportuna para que Odalis, Iliana, Elisa, Gisell, Alina, Leslie,
Maricela, Sara.... comentaramos, en un
ambiente nada formal, mensajes a las nuevas generaciones sobre la significación
y el valor de la familia, la importancia
en la formación de nuestros hijos. Allí sonreímos y alzamos nuestras voces
llenas de orgullo por todas las bondades
que disfrutamos en una sociedad como la cubana.
Hoy coincido y afirmo que la profesión del
Periodismo necesita de nosotros, hombres y mujeres que conocen, aman y conquistan con su profesión cada jornada.